La terapia alcanza a limitar el impacto de la paranoia en el desempeño diario de la persona.
No deben esperarse grandes soluciones con el tratamiento farmacológico, lo más probable es que solo se atenúe el delirio y en consecuencia repercuta menos en la vida del paciente, pero no siempre se consigue que desaparezca.
Hay que propiciar apoyos para las familias que sufren las repercusiones del delirio del paciente y orientarlos “sobre recursos socio-sanitarios a largo plazo”.
A los familiares se les recomienda que eviten el tema delirante, no contradigan al paciente ni tampoco le sigan la corriente; deben prevenir conductas violentas.
No hay comentarios:
Publicar un comentario